enero 12, 2008

¿Y no que eran Patrimonio de la Humanidad?


La cautivadora época de los faraones habita desde siempre en el imaginario colectivo gracias a su presencia en libros, pósteres, películas, series de televisión o videojuegos. Incluso es posible que usted tenga alguna réplica de alguno de sus monumentos, papiros o artesanía en algún rincón de su casa.
Su universalidad es tan absoluta que la Gran Pirámide de Giza es la única superviviente de lista de las Siete Maravillas de la Antigüedad elaborada por Antípatro de Sidón en el año 125 a. C. Tanto, que fue catalogada de 'maravilla honorífica' en la polémica y reciente elección de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, con la oposición de las autoridades cairotas que consideraban humillante compararla con la Opera de Sidney o el Cristo Redentor brasileño.

Precisamente por ello, resulta chocante que los diputados egipcios se apresten a dar su aprobación a una ley propuesta por el Gobierno para cargar con impuestos toda réplica local o internacional de cualquier pieza del patrimonio arqueológico del País de los Faraones.

El propósito de poner 'copyright' a las Pirámides, a la Esfinge y demás restos arqueológicos es, según Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades (institución a cargo de excavaciones, conservación y restauración de los restos históricos) subvencionar los proyectos arqueológicos que siguen agujereando el desierto egipcio en busca de tesoros ocultos.
Algunos medios egipcios no excluyen que la nueva legislación permita ademas exigir indemnizaciones a los autores de réplicas de sus restos arqueológicos de forma retroactiva, lo que podría alimentar las arcas egipcias indefinidamente ya que las Pirámides datan de 2.500 a. C. y en estos 4.500 años se han hecho unas cuantas reproducciones de las mismas así como de otras piezas reseñables.

"La nueva ley prohibirá completamente la duplicación de monumentos", declaraba Hawass a la agencia France Presse. "Egipto es el único titular de los derechos de reproducción de estos monumentos y puede beneficiarse de ellos financieramente con el propódito de restaurar, preservar y proteger a los monumentos egicpios". Hawass ha recalcado que la ley tendrá alcance internacional sin especificar las medidas que podría tomar su país para vigilar que no se haga ninguna copia de las pirámides en ningún lugar del mundo, una tarea aparentemente imposible.

El conocido arqueólogo, considerado a sí mismo el 'Indiana Jones' egipcio, también ha señalado que la medida, de ser aprobada, sólo afectará a las reproducciones "exactas" a cualquier escala y no a las aproximadas, porque considera que "los artistas deben poder inspirarse en todo lo que les rodea, incluidos los monumentos". Eso incluye a los numerosos artesanos egipcios que viven precisamente de la venta de réplicas de dudosa calidad a los turistas extranjeros porque, si les afectara, la ley dejaría en la miseria a decenas de miles de familias. "La ley no prohíbe a los artistas egipcios ni extranjeros sacar beneficios de dibujos o reproducciones de monumentos egipcios o faraónicos siempre que no sean réplicas exactas", insiste el jefe de los arqueólogos egipcios.
Según Hawass será controlado todo "uso comercial" de monumentos y piezas contenidas en los museos egipcios, y en cuanto a las réplicas que pretendan estar destinadas "al uso privado requerirán un permiso especial del Gobierno egipcio", lo que podría complicar hasta el absurdo la posibilidad de tener un pisapapeles en forma de pirámide.

Ese 'uso comercial' no afectará a todas las réplicas, o al menos eso parece indicar las excepciones hechas por Hawass. Es el caso del Luxor Hotel de Las Vegas, descrito en su página web como "el único edificio del mundo en forma de pirámide". Según el director del Consejo Supremo de Antigüedades, el hotel "no es una copia exacta a pesar de su forma" porque su interior difiere del de las pirámides (faltaría más: de haberlo imitado, resultaría inhabitable). Esta salvedad es lamentada por muchos egipcios dado lo rentable que resultaría cobrarle el estudiado impuesto, como destacaba el diario Al Wafd en su edición del 23 de diciembre antes incluso de conocerse el proyecto de ley. "Treinta y cinco millones de turistas visitan Las Vegas para ver la reproducción de la ciudad de Luxor mientras que sólo seis millones visitan la verdadera ciudad de Luxor".
¿Y cuánto ganaría la Luxor real, si se destinara un mínimo tanto por ciento de sus ingresos a conservar el Valle de los Reyes?

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