En colaboración con Boeing y el fabricante de motores General Eletric, la aerolínea Virgin Atlantic debe probar la eficacia en vuelo de un biocarburante compuesto en un 20% de una mezcla de aceite de coco y de babassu.
Londres Domingo 24 de febrero de 2008, 09:38
Virgin Atlantic se convirtió hoy en la primera aerolínea comercial en surcar los aires usando combustible biológico con un vuelo desde el aeropuerto londinense de Heathrow a Amsterdam.
En colaboración con Boeing y el fabricante de motores General Eletric, la aerolínea de Richard Branson debe probar la eficacia en vuelo de un biocarburante compuesto en un 20 por ciento de una mezcla de aceite de coco y de babassu.
El Boeing 747 de Virgin Atlantic, pilotado por Geoff Andreasen sin pasajeros a bordo, vuela con cuatro motores, uno con combustible biológico y los otros tres con convencional, para garantizar el buen funcionamiento del aparato si el biocombustible presenta algún problema.
Una de las desventajas es que puede congelarse a grandes alturas.
El de hoy es el primer vuelo de estas características, ya que, si bien el 1 de febrero se hizo un primer experimento con un Airbus A380, de Filton (Inglaterra) a Tolouse (Francia) , el biocombustible que se utilizó era sintético y no natural.
Pese a las críticas de los ecologistas, que argumentan que los mismos biocombustibles son perjudiciales para el medio ambiente, el empresario Richard Branson asegura que el vuelo de hoy es "un punto de inflexión" que permitirá que los aviones empiecen a utilizar ese tipo de combustible antes de lo esperado.
Branson insistió en que el carburante empleado es de fuentes "verdaderamente sostenibles" que no ponen en peligro recursos naturales para la obtención de alimentos o agua.
"Este vuelo de demostración nos dará un conocimiento clave que podremos usar para reducir nuestras emisiones de carbono" , afirmó el multimillonario.
La semana pasada, el Gobierno británico encargó un estudio sobre el impacto medioambiental y económico del combustible biológico, ya que cada vez hay más científicos que opinan que puede perjudicar el entorno natural, ir en detrimento de la producción de alimentos e incluso puede aumentar las emisiones de carbono.
Un estudio reciente en la revista estadounidense Science halló que, en algunos casos, como en el de la deforestación en Indonesia para plantar aceite de palma, habilitar terreno para el cultivo de las plantas que componen los biocarburantes causaba más emisiones que el ahorro posterior que reportaba el combustible.
En colaboración con Boeing y el fabricante de motores General Eletric, la aerolínea de Richard Branson debe probar la eficacia en vuelo de un biocarburante compuesto en un 20 por ciento de una mezcla de aceite de coco y de babassu.
El Boeing 747 de Virgin Atlantic, pilotado por Geoff Andreasen sin pasajeros a bordo, vuela con cuatro motores, uno con combustible biológico y los otros tres con convencional, para garantizar el buen funcionamiento del aparato si el biocombustible presenta algún problema.
Una de las desventajas es que puede congelarse a grandes alturas.
El de hoy es el primer vuelo de estas características, ya que, si bien el 1 de febrero se hizo un primer experimento con un Airbus A380, de Filton (Inglaterra) a Tolouse (Francia) , el biocombustible que se utilizó era sintético y no natural.
Pese a las críticas de los ecologistas, que argumentan que los mismos biocombustibles son perjudiciales para el medio ambiente, el empresario Richard Branson asegura que el vuelo de hoy es "un punto de inflexión" que permitirá que los aviones empiecen a utilizar ese tipo de combustible antes de lo esperado.
Branson insistió en que el carburante empleado es de fuentes "verdaderamente sostenibles" que no ponen en peligro recursos naturales para la obtención de alimentos o agua.
"Este vuelo de demostración nos dará un conocimiento clave que podremos usar para reducir nuestras emisiones de carbono" , afirmó el multimillonario.
La semana pasada, el Gobierno británico encargó un estudio sobre el impacto medioambiental y económico del combustible biológico, ya que cada vez hay más científicos que opinan que puede perjudicar el entorno natural, ir en detrimento de la producción de alimentos e incluso puede aumentar las emisiones de carbono.
Un estudio reciente en la revista estadounidense Science halló que, en algunos casos, como en el de la deforestación en Indonesia para plantar aceite de palma, habilitar terreno para el cultivo de las plantas que componen los biocarburantes causaba más emisiones que el ahorro posterior que reportaba el combustible.
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