MADRID.- Un estudio publicado en 'Nature Genetics' demuestra cómo influye la selección natural en la evolución genética del ser humano. Un grupo de investigadores ha identificado 500 genes en donde residen las diferencias entre grupos étnicos. El trabajo muestra cómo cierto material genético condiciona la respuesta frente a una enfermedad o determina el aspecto del individuo.
En la especie humana, tal y como la conocemos hoy, hay cientos de grupos étnicos con distinto tono de piel, color de pelo o altura. La ciencia dice que estas características morfológicas pueden ser fruto de la deriva genética, método al azar, o de la selección natural, lo que implica un cambio en el genoma encaminado a adaptar ese organismo a un determinado ambiente.
Digamos que la primera se produce, cuando una población de X individuos ve reducido su número a la mitad. Las características particulares de los miembros desaparecidos se pierden con ellos. En el segundo caso, un individuo que posea una determinada cualidad que le confiera una mayor supervivencia, por ejemplo, con el paso del tiempo, su reproducción y la de su descendencia harán que su genotipo sea predominante.
Un trabajo en busca de la diferencia
¿Cómo saberlo? Científicos del Instituto Pasteur de París, Francia, han estudiado miles de pequeñas mutaciones del genoma y su distribución entre distintas poblaciones. Y encontraron "diferencias que difícilmente podrían explicarse sin apelar a la intervención de la selección natural".
En su estudio, publicado en el último número de 'Nature Genetics', han identificado más de 500 genes con pequeñas mutaciones, cambios en un aminoácido que alterarán la estructura de las proteínas, que "explican al menos en parte la diferenciación entre las poblaciones humanas modernas".
Por un lado detectaron diferencias 'benignas', las que afectan a la altura, el color del pelo o de la piel. El hallazgo de que algunas de estas mutaciones se encuentran en genes que controlan las características morfológicas, evidentes a simple vista, parece que es "es un buen control", una garantía de que sus resultados son fiables.
Otros genes que mostraron la fuerte influencia de la selección natural están relacionados con la respuesta inmune frente a los patógenos, como el de la malaria, con algunos sentidos, como el olfato y el desarrollo del ojo, y con el control de la insulina.
"Este descubrimiento abre muchas puertas en el campo de la biomedicina, porque podría explicar por qué unas poblaciones responden de una manera determinada ante una enfermedad y otras de forma completamente distinta", señala el investigador. El siguiente paso será estudiar de qué modo interfieren estos genes en patologías tan comunes y con unas consecuencias socioeconómicas y sanitarias tan importantes como la obesidad o la diabetes.
La ilógica del racismo
Algunas de las argumentaciones más osadas de la xenofobia, han apelado a la genética para justificar la supuesta superioridad de unas razas sobre otras. Esta explicación no tiene, sin embargo, validez científica alguna. "Por más que las mutaciones expliquen algunas diferencias entre grupos étnicos, éstas corresponden a muy pocos genes, una parte ínfima de nuestro ADN, No existen grandes diferencias entre las razas, sino más bien entre los individuos", se concluye.
Algunas de las argumentaciones más osadas de la xenofobia, han apelado a la genética para justificar la supuesta superioridad de unas razas sobre otras. Esta explicación no tiene, sin embargo, validez científica alguna. "Por más que las mutaciones expliquen algunas diferencias entre grupos étnicos, éstas corresponden a muy pocos genes, una parte ínfima de nuestro ADN, No existen grandes diferencias entre las razas, sino más bien entre los individuos", se concluye.
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