DESCUBIERTA EN UNA CORDILLERA MARINA QUE RODEA LA ANTÁRTIDA
§ Es la velocidad de la corriente lo que permite la existencia de una colonia tan masiva
§ La cordillera Macquarie es una cadena montañosa de más de 1.400 kilómetros
Actualizado domingo 18/05/2008 18:08
Julio César Rivas (EFE)
TORONTO (CANADÁ).- Un grupo de científicos ha descubierto en el pico de una de las cordilleras marinas que rodean la Antártida una gigantesca colonia de estrellas de mar, bautizada como 'Ciudad de las estrellas', que desafía los conocimientos tradicionales de las montañas marinas.
Investigadores de Australia y Nueva Zelanda adscritos al Censo de la Vida Marina -un proyecto que recoge información sobre todas las formas de vida que existen en los océanos- presentaron hoy los primeros resultados de su expedición a la cordillera Macquarie, que se extiende desde el sur de Nueva Zelanda hasta el continente antártico.
La expedición capturó el pasado mes de abril las primeras imágenes de una gigantesca colonia de estrellas de mar formada por decenas de millones de ejemplares en el pico de una de las montañas de la cordillera submarina, un hallazgo inesperado y que los investigadores han nombrado como 'Ciudad de las estrellas'.
El descubrimiento de esta masiva colonia ha sido una de los principales hallazgos de la expedición, pero como señaló Ashley Rowden, uno de los científicos del Instituto Neozelandés de Investigación Acuática y Medioambiental (NIWA), la información recogida está empezando a ser analizada. "En algunos casos las primeras conclusiones empezarán a ser conocidas en un año. En otros casos tardaremos hasta tres años", afirmó Rowden.
Como un gigantesco río submarino
Rowden explicó que la cordillera Macquarie, es una cadena montañosa que se extiende a lo largo de más de 1.400 kilómetros, y es uno de los escasos lugares donde se desvía la Corriente Circumpolar Antártica.
Rowden explicó que la cordillera Macquarie, es una cadena montañosa que se extiende a lo largo de más de 1.400 kilómetros, y es uno de los escasos lugares donde se desvía la Corriente Circumpolar Antártica.
La corriente es como un gigantesco río submarino que conecta los océanos Atlántico, Pacífico e Índico y circula en dirección a las agujas del reloj, en torno al Polo Sur. Los investigadores constataron que la corriente circula a través de los desfiladeros y los picos de Macquarie a una velocidad de unos 4 kilómetros por hora.
El doctor Mike Williams, otro miembro de la expedición, explicó que a esa extrema velocidad "se estima que la corriente es entre 110 y 150 veces mayor que toda el agua que fluye de todos los ríos del mundo". Los miembros de la expedición señalaron que creen que es la velocidad de la corriente es lo que permite la existencia de una colonia tan masiva de estrellas de mar.
Rowden dijo que para sobrevivir, los equinodermos "sólo tienen que extender los brazos y capturar los nutrientes que son empujados por la corriente", a la vez que la fuerza del agua les protege contra los depredadores.
Otro de los aspectos, que más ha llamado la atención a los científicos, es que, aunque la base de la montaña marina en la que se asienta la colonia de estrellas de mar, está a 850 metros por debajo de la superficie del agua, el pico de la misma sólo se encuentra a unos 90 metros de profundidad. "Con nuestras observaciones preliminares creo que quizás necesitamos cuestionar las generalizaciones previas sobre las montañas marinas", explicó Rowden.
"Estamos realmente entusiasmados de ver tal cantidad de estrellas marinas en Macquarie. No sólo es increíble ver cantidades inmensas de un único tipo de organismo, sino que las implicaciones del hallazgo en relación a la singularidad de las montañas marinas pueden ser de gran calado", añadió Rowden. De hecho, los científicos consideran que hay unas 100.000 montañas submarinas de al menos 1.000 metros de altura. Pero de esta cifra sólo unas 200 han sido estudiadas con detalle.
En el caso de Macquarie, la única expedición que analizó anteriormente la cordillera con cierto detalle, fue la de un equipo estadounidense en los años 1960. La expedición australiano-neozelandesa, utilizará los datos de ese viaje científico, para estudiar otros aspectos, como los efectos del cambio climático, y los cambios en la temperatura de las aguas, explicó Williams.
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