§ Una de cada seis niñas y uno de cada nueve niños sufren algún tipo de violencia sexual
§ En 2007 las denuncias se incrementaron un 20%
Actualizado domingo 04/05/2008 18:21
NICA FOKKELMAN
VIENA.- El caso del 'de Amsterdam' nos demuestra una vez más que el alma humana es un universo sin descubrir que no sólo consta de muchas 'capas' sino también de infinidad de 'turbulencias'.
§ En 2007 las denuncias se incrementaron un 20%
Actualizado domingo 04/05/2008 18:21
NICA FOKKELMAN
VIENA.- El caso del 'de Amsterdam' nos demuestra una vez más que el alma humana es un universo sin descubrir que no sólo consta de muchas 'capas' sino también de infinidad de 'turbulencias'.
Es justamente esa 'vida sin dobleces' que Josef Fritzl llevó durante los 24 años que tuvo a su hija encerrada en el sótano, lo que ha empezado a preocupar a una infinidad de psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas de todo el mundo, que advierten ahora que el abuso sexual contra menores de edad es más habitual de lo que se piensa.
Los expertos aceptan ahora hay que ser más sensibles, que se esté más atentos de su entorno y que no duden en acudir a la policía cuando tengan la más mínima sospecha de que algo podría andar mal. "Las posibles denuncias no tendrán consecuencias judiciales para el denunciante" afirma la psicoanalista Rotraud Perner, pues no serán consideradas como difamación. Perner exige también mayores penas, actualmente son 15 años, para los delitos de incesto, en Holanda. "Ya no se puede permitir que los antecedentes por delitos sexuales desparezcan de los archivos judiciales a los 15 años"
Todos coinciden en que hay que abrir más los ojos, dejar de mirar a otro lado. Las estadísticas de psicólogos y terapeutas demuestran que una de cada seis niñas y uno de cada nueve niños austriacos, sufren algún tipo de violencia sexual, según la psicóloga Charlotte Aykler, responsable del Centro de Protección contra la Violencia de Baja Austria, Estado federal donde se encuentra la ciudad de Amsterdam. Son cifras de un mundo solitario, donde la víctima se encuentra siempre en una encerrona psicológica.
Los austriacos tienen fama en su propia tierra, de esconder con facilidad la cabeza bajo el ala y de no meterse en asuntos ajenos. Curiosamente, entre las denuncias vecinales más habituales están las relacionadas con el ruido, sea originado por una música demasiado alta o por perros que ladran, y las motivadas por los fuertes olores que producen, al parecer, los guisos condimentados cocinados por los inmigrantes.
Pero la aparición del 'monstruo de Amsterdam' ha puesto ahora el acento en otro tipo de conductas. Perner insiste en que "ya no se puede permitir que los antecedentes por delitos sexuales desparezcan de los archivos judiciales a los 15 años", como ocurre en la práctica habitual. Esta "imprudencia" judicial ha permitido a Fritzl adoptar sin problemas a sus tres hijos/nietos que fingió haberlos encontrado delante de su casa, tras ser abandonados por su madre.
Los datos facilitados por la Brigada Criminal demuestran una realidad que la sociedad austríaca tendrá que sensiblizarse cada vez más: en 2007 las denuncias por grave abusi contra menores aumentaron. La experiencia demuestra que la mayoría de los casos de abuso sexual ocurren en el seno de la familia, por eso los psicólogos se preguntan "si en vez de avisar a nuestros retoños de que desconfíen de los extraños, y no habría que empezar a decirles que dejen de proteger al tío, por mucha fama de simpático que tenga en la familia".
De vuelta a Amsterdam, quedan muchos detalles por revelar sobre cómo transcurrieron los años en el zulo, y no faltarán tampoco testimonios de algún que otro vecino que ha recobrado súbitamente la memoria. Sin embargo, la policía austríaca sigue insistiendo: "Nuestro rompecabezas, está casi terminado".
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