La sonda ha recogido muestras de hielo y gas que servirán para explicar uno de los fenómenos geológicos más espectaculares del sistema solar
La sonda Cassini de la NASA ha sobrevolado este miércoles la luna de Saturno Enceladus a tan sólo 50 kilómetros de distancia de su superficie, ha rodeado un enorme géiser de unos 800 kilómetros de longitud, en su polo sur, y recogido muestras de hielo y gas de esta enigmática zona del satélite.
Los científicos de la misión Cassini-Huygens -un proyecto de la ESA y la NASA- esperan que las observaciones de las muestras les permitan entender mejor uno de los fenómenos geológicos más espectaculares de todo el sistema solar. La nave, que nunca antes se había acercado tanto a Enceladus, una de las 60 lunas de Saturno, ha atravesado su polo sur, región caracterizada por sus grandes géiseres que emergen de fracturas gigantes del terreno, informa la NASA en su página web. Algunos de estos chorros pueden alcanzar los 1.450 kilómetros por hora.
Estos géiseres son de gran importancia para los científicos, ya que existen indicios de la existencia de agua líquida bajo la superficie helada de Enceladus, incluso de un océano. “Este vuelo requiere de una gran exactitud técnica, pero posiblemente revolucionará nuestro conocimiento de los géiseres de Enceladus. Todos los que formamos parte de la misión estamos deseosos de conocer los resultados”, aseguraba Alan Stern, de la junta directiva de Misiones Científicas de la NASA, antes de que comenzase el esperado vuelo de Cassini.
Hielo, vapor y gases
La científica Amanda Hendrix, del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadera, California, ha señalado, en declaraciones a Reuters, que la nave ha pasado a unos 50 kilómetros sobre la superficie del satélite, aunque no se ha acercado tanto a los géiseres. Según Hendrix, Cassini ha sobrevolado los límites de uno de los chorros del Polo Sur de la luna, y en ese momento se encontraba a unos 200 kilómetros de distancia de la superficie.
Los primeros datos de las muestras recogidas podrían hacerse públicos el próximo martes. “Analizaremos las partículas de hielo y vapor y evaluaremos qué tipos de gases hay”, ha detallado Hendrix. El instrumental de la sonda servirá para determinar la densidad, el tamaño, la composición y la velocidad de los gases y partículas que son propulsados al exterior desde la superficie. Además de hielo, los chorros de Enceladus contienen con toda probabilidad dióxido de carbono, metano y amoniaco en pequeñas cantidades.
La posibilidad de que exista agua caliente en Enceladus ha llevado a los científicos a creer que la luna podría contar con las condiciones adecuadas para la vida, aunque sólo se trate de organismos microbianos. “Si hay agua caliente y líquida bajo la superficie, es posible que pudiese existir vida”, ha declarado Hendrix.
Una luna tan diminuta como interesante
En 2005, los instrumentos de la sonda Cassini permitieron descubrir que de la superficie helada brotan a raudales géiseres de vapor de agua cuya distancia supera por tres el radio del satélite, que cuenta con un diámetro de tan sólo 500 kilómetros. A pesar de su pequeño tamaño, los investigadores consideran esta luna uno de los cuerpos científicamente más interesantes del sistema solar. Las partículas de agua helada que expulsa apenas superan el ancho de un cabello humano. Las erupciones en su superficie son constantes, lo que provoca que la luna esté siempre rodeada de un halo de polvo de hielo, que aporta materia a os anillos de Saturno, el anillo E.
El de este miércoles es el primero de los cuatro vuelos que Cassini realizará sobre Enceladus este año. En agosto, la sonda realizará su próximo vuelo sobre la luna. Si se demuestra que este tipo de aproximaciones son seguras, la sonda podría acercarse aún más a la superficie.
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