Los agujeros negros no lo tragan todo. Existe radiación electromagnética a longitudes de onda tan grandes que la luz no es capaz de entrar en ellos, señaló el investigador Sergio Mendoza Ramos, del Instituto de Astronomía de la UNAM.
El académico explicó que si alguien que mide 1.80 metros de alto intentara pasar por una puerta de un metro, "esencialmente rebota. Así, una longitud de onda menor que el tamaño del agujero puede ser absorbida, de lo contrario, es rechazada y no hay manera de hacerla entrar".
Además, expuso, que los hoyos no son tan negros como se dice, pues emiten radiación electromagnética; son los objetos macroscópicos más sencillos del universo y están descritos por su masa, carga y nivel de rotación.
Al dictar la conferencia "Agujeros negros que no tragan luz", en el Instituto de Astronomía, el físico de la UNAM, con estudios de posgrado en el Churchill College de la Universidad de Cambridge, expuso que existen diferentes tipos de hoyos.
En los agujeros negros, indicó, la luz es atraída por la fuerza gravitacional; es un fenómeno no observable en la Tierra, pues aquí no es lo suficientemente fuerte para jalarla. "Los agujeros negros pueden ser de unas cuantas masas solares, pero también los hay supermasivos, como los que se forman en el centro de galaxias como la nuestra", indicó Mendoza Ramos.
También existen hoyos de masas intermedias, y otros que se produjeron en los primeros instantes de la creación del universo, pues había ciertas irregularidades de material cósmico, que indujeron a colapsos gravitacionales fuertes de los que pudieron surgir.
No hay manera de ver los agujeros negros porque son oscuros; para detectarlos se usa la acreción o atracción gravitacional de gas hacia ellos, pues cuando éste se calienta demasiado sufre inestabilidad térmica y emite radiación electromagnética.
Esto es porque la gravitación, es la mejor manera de convertir la masa en energía, concluyó.
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