La Circular 36, del servicio internacional de rotación de la Tierra (IERS por sus iniciales en ingles), señala que el 31 de diciembre del 2008, a las 23h 59m 59s, se intercalará un segundo llamado "bisiesto positivo" en la escala de Tiempo Universal Coordinado (UTC).
Andrés Eloy Martínez Rojas El Universal Martes 18 de noviembre de 2008
El 31 de diciembre del 2008, tendrá un segundo de más, para poder sincronizar los relojes atómicos con la rotación de la Tierra, la cual disminuye imperceptiblemente en cada momento, debido a las fuerzas de las mareas, ejercidas por la Luna. De acuerdo a tal Circular, se intercalará un segundo llamado "bisiesto positivo", en la escala de Tiempo Universal Coordinado (UTC).
El 31 de diciembre del 2008, tendrá un segundo de más, para poder sincronizar los relojes atómicos con la rotación de la Tierra, la cual disminuye imperceptiblemente en cada momento, debido a las fuerzas de las mareas, ejercidas por la Luna. De acuerdo a tal Circular, se intercalará un segundo llamado "bisiesto positivo", en la escala de Tiempo Universal Coordinado (UTC).
De esta forma los relojes del UTC, que señalarán la llegada del nuevo año, deberán marcar esta insólita lectura: 23h 59m 60s, en lugar de la tradicional 23h 59m 59s. El "segundo" será añadido oficialmente en México, y tendrá efecto en los tres "husos horarios", que se emplean en México, en función de la diferencia horaria que los separa del tiempo universal, así por ejemplo para la zona centro, el cambio se realizara a las 17h 59m 60s.
La razón por la que se utilizan "segundos bisiestos", es que actualmente se mide el tiempo con relojes atómicos estables (Tiempo Atómico Internacional, TAI o International Atomic Time), más la rotación de la Tierra, ha ido reduciendo su velocidad gradualmente, así el día se ha vuelto más largo, a razón de 1.7 milisegundos cada siglo, principalmente debido a las fuerzas de marea provocadas por la Luna.
El período actual de rotación de la Tierra, fue mucho más corto en el pasado, y será más largo en el futuro. Era entonces un período de rotación de seis horas, para la Tierra primitiva, la de ya hace 4 mil millones de años. La noche y el día se sucedían cada tres horas, más o menos en la aquella violenta Tierra, carente de Luna. Más una vez formada la Luna, en aquella gigantesca colisión, su gravedad, ha venido frenando la rotación terrestre, hasta las 24 horas que conocemos hoy, y aun continua haciéndolo, por lo cual se deben de ajustarse los relojes, tal como se hará el próximo 31 de diciembre.
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